Después de escribir mi artículo ‘La Industria Alimentaria se merienda a la Ecológica’ he de confesar que mi visión de llevar una alimentación realmente sana y ecológica es casi un imposible y que todos estamos expuestos a toxinas, metales pesados, aditivos, pesticidas y un largo etcétera, que hace que nuestra Salud esté en peligro constantemente. Es importante reconocer que aunque nuestros alimentos tengan el sello ecológico no significa que hayan sido cultivados en tierras ‘sanas’ y con agua ‘buena’ por culpa, por ejemplo, del arsénico inorgánico reconocido como carcinógeno.
Antes de comenzar quiero aclarar que NO SOY NI ACONSEJO LA MACROBIÓTICA pero si encontrarás algunos alimentos macrobióticos. Veamos con detalle en qué consiste la NUTRICIÓN MACROBIOTIVA:
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Cereales integrales: Arroz integral grano largo y basmati en verano; grano redondo para todo el año e ideal para niños; mijo; cebada perlada; trigo sarraceno para invierno; pan de espelta germinado, de centeno germinado; pan de centeno o de espelta de levadura madre (en ocasiones puntuales); pan pumpernickle auténtico (sin azúcares ni melazas); pasta de espelta integral; pasta de kamut integral; cous-cous de espelta. En esta alimentación, donde no se incluye el trigo, se intenta que la mayor parte de nuestro cereal provenga del grano integral dejando harinas, panes y pastas más en segundo plano. Comprar harinas integrales de centeno, de espelta, de kamut, de trigo sarraceno ecológicas por si nos animamos a hacer nuestro pan casero de levadura madre. Y sería estupendo poder moler el grano en caso. Todos los cereales ecológicos y de buena procedencia. Reconozco que no soy muy partidaria de una alimentación que contenga gluten a diario así que los cereales que lo llevan (cebada, espelta, centeno, etc.) mejor no abusar de ellos y lo ideal sería elminarlos.
No recomiendo los copos de cereales, mueslis ni tortas de cereales como las de maíz o arroz, últimante tan de moda. El extrusionado, que se hace a muchos productos que llevan cereales, es un proceso de hinchado a alta presión que produce cambios químicos transformando un nutritivo cereal en una sustancia tóxica y, además, las proteínas de los cereales se desnaturalizan.
Nota 2016: Respecto al arroz integral, a consecuencia de los últimos estudios relacionados con el arsénico, he publicado un artículo que hablo del tema con detalle: ‘Arsénico no sólo en el Arroz’. - Legumbres: Lentejas verdes, lentejas rojas en verano, en caso de problemas de estómago e ideal para niños; azukis. Si hay problemas de hinchazón o de estómago mejor siempre eliminar pieles y pasar por el pasapurés. En puré y cremas para niños y personas delicadas. Podremos introducir garbanzos si tenemos un sistema digestivo sano. Habrán casos en que las legumbres no tomarán mucho protagonismo o ninguno.
- Verduras: Siempre las de temporada y ecológicas eliminando las solanáceas (patatas, tomates, berenjenas y pimientos) además de las acelgas, espinacas, remolachas y apio por su ácido oxálico (más información en mi post ‘Libres de Oxalatos en Nuestros Platos’). Minimizar las cantidades de champiñones y setas, espárragos (si hay problemas renales). Las ensaladas o verduras crudas en primavera-verano-principios de otoño. No abusar de las coles si somos propensos a gases e hinchazones ni tampoco de las verduras crudas si tenemos problemas estomacales.
- Proteínas animales: Pescados blancos frescos y en menor cantidad los azules (eligiendo siempre los menor tamaño y descartando el mero, pez espada, atún, salmón…); carne roja ecológica, auténtica conseguida de animales sanos y bien nutridos (cordero lechal, ternera) pocas veces al mes y si no tenemos ningún tipo de enfermedad (las mujeres mejor no abusar de ellas), aunque lo mejor sería olvidarse de la carne roja; carne blanca como el pavo o pollo ecológicos y descartando pollo campero o de corral; huevos ecológicos (si hay problemas ginecológicos mejor evitar o tomar con moderación). Sigo haciendo hincapié que si decidimos seguir con la carne roja, como por ejemplo ternera, que sea buena y ecológica al igual que el cordero lechal y reduciendo la toma mensual y sería estupendo que fuera de animales que incluso no comieran pienso ecológico. Evitaremos toda proteína animal los días en que nos encontramos enfermemos (fiebre, resfriados, dolores de cabeza, mucosidades…) y en la menstruación. El tema de las proteínas es mejor asesorarse ya que en algunos casos yo no recomiendo tomar nada de carne roja y en otros nada de huevos. Importante personalizar y ser conscientes de que aquí sólo estoy dando unas recomendaciones generales.
- Condimentos: Vinagre umeboshi (realmente no es un vinagre) sólo unas gotitas, hace de antibacteriano si lo ponemos en pescados, carnes y huevos; pasta umeboshi, de forma puntual, en mínimas cantidades y no todos los días si queremos, para, por ejemplo, hacer alguna salsa; ciruela umeboshi como alimento medicinal; gomasio (sésamo molido tostado y sal marina) espolvorear en las comidas principales sin abusar; pimienta negra ecológica molida por nosotros en pequeñísimas cantidades si tenemos mucosidades o problemas respiratorios; jengibre fresco para cocinar nuestros cereales o hacer las sopas de verduras pero en pequeñas cantidades (sobre todo en invierno) y para personas con manos y pies fríos y para las náuseas de las embarazadas; sal marina para poner un poquito cuando hacemos el cereal ya que lo alcaliniza; aceite de oliva virgen extra primera presión en frío y cuidado en no pasarse de cantidad, siempre con mesura; aceites de semillas como el de sésamo o lino de primera presión en frío en pequeñas cantidades y nunca cocinado; kuzu añadido en nuestras sopas o purés cuando tengamos problemas de estómago o intestinales, considerarlo alimento medicinal (una vez curados dejar de tomar), ideal tanto para niños como adultos, se tomará en ayunas cuando queramos curarnos de estreñimiento, diarreas, mucosidades (nasales, en las heces o vaginales).
- Semillas: Sésamo siempre molido y un pelín tostado (si no tomamos gomasio, que sería la mejor manera de tomar sésamo); pipas de calabaza que compraremos crudas y las tostaremos a fuego lento en sartén (guardar en botes de cristal). Pequeñas cantidades para nuestras ensaladas de verano o platos principales. Como frutos secos podríamos tomar pequeñas cantidades de almendras ecológicas compradas crudas y con piel y tostarlas en casa en sartén a fuego lento y con tapa, siempre que no existan mucosidades o dejarlas en remojo toda la noche.
- Leches Vegetales: No soy partidaria de las leches vegetales pero sé que muchos necesitan su ‘líquido blanco’, así que las prefiero a la leche de vaca. Por ejemplo, la leche de arroz integral (mejor si es casera) en pequeñas cantidades para acompañar el té kukicha o bancha. Cuidado ya que si las notamos muy dulces es porque llevan azúcar añadido (lactosa, sacarosa, maltosa, malta…). Más información sobre ellas en mi post ‘Leches Vegetales a Inspección‘.
- Endulzantes: Sirope o melaza de arroz, melaza de cebada y azúcar de rapadura (mascobado). Todos con moderación para usar sobre todo en repostería ‘sana’. Compotas caseras de manzana o de pera (sobre todo en invierno). Lo ideal sería vivir sin ningún tipo de endulzante por muy ‘sano’ que sea. Información actualizada sobre el azúcar blanco, el azúcar de coco, la fructosa y demás edulcorantes ‘alternativos’ en mi post ‘Azúcar de coco, dulce mentira’.
- Frutas de la Estación: Crudas de temporada en primavera-verano-principios de otoño (si no hay problemas de estómago) y cocidas siempre en invierno (no crudas en invierno). Tomar siempre fuera de las comidas. Las mejores para cualquier estación las manzanas y las peras. Las frutas tropicales (naranjas, papayas, plátanos, kiwis, piñas, mangos…) enfrían el cuerpo y son recogidas verdes llegando a recorrer miles de kms hasta llegar a nuestros mercados. Si viviéramos en un lugar tropical sería idóneo aprovecharse y refrescarse con estas frutas. Por tanto, las frutas tropicales no las recomiendo.
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Estimulantes: Si no podemos pasar del café hay que comprar cafés auténticos y si podemos comprarlos en grano y moler en casa mucho mejor. No abusar de él y mejor sólo una toma diaria. Los mejores tés son los japoneses Kukicha y Bancha. Evitar infusiones, manzanillas, tés verdes, rojos, poleo-menta, etc. Si tenemos ‘mono’ de chocolate es mejor comprar de calidad (el que contenga más cantidad de cacao) sin lecitina de soja. Es muy importante no morderlo sino deshacerlo en la boca. Aunque si sigues este tipo de Nutrición con el tiempo las ganas de dulce o de chocolates desaparecerán. Y hago hincapié en que tanto el café como el té acompañando nuestro desayuno o al final de las comidas dificultan la buena digestión, así que lo ideal sería evitarlos por completo si somos capaces.
- Eliminaremos congelados, enlatados, procesados.
- Cocinaremos en cocinas de gas evitando las de inducción, las vitrocerámicas, las batidoras, los robots de cocina, microondas… así como los cacharros de aluminio, teflón, etc.
- Haremos nuestras comidas sentados, en un ambiente tranquilo y sin distracciones y masticando con consciencia y con calma. Es el momento de nutrirte y tiene que ser ‘sagrado’ así asimilaremos todos los nutrientes para poder llevar una vida con más salud digestiva y emocional. Si tragamos o engullimos no asimilaremos apareciendo hinchazón abdominal, gases, eructos y trozos de alimentos en nuestras heces.
- No tomaremos alimentos o productos fríos o recién sacados de la nevera o del congelador (así que nada de helados ni en verano) ya que todo alimento frío genera rigidez, dureza y ‘muerte’. En cambio, el calor, los alimentos calientes (o con un punto de calor) generan actividad, movimiento y vida y hacen que nuestros órganos puedan trabajar a su temperatura idónea.
- No obsesionarse por un alimento o por una forma de comer. Todo cambia, cada día es diferente, por tanto debemos amoldarnos a nuestras condiciones actuales y conocer lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento. Por eso las cocciones dependerán de la estación y el momento personal actual, así como del sexo y la edad: plancha, horno, al vapor, hervido, estofado… Pero nunca fritanga ni rebozados con aceites refinados.
- Siempre cocinaremos con aceite de oliva virgen extra primera presión en frío que aguanta las temperaturas de cocción.
- A medida que vas cambiando tu manera de nutrirte, tu cuerpo, tu mente y tus emociones irán también transformándose y empezaremos a valorar más la comida, nuestra vida personal y nuestra elección en la Vida.
- Todo este ‘Cambio’ nos da la posibilidad de crecer, descubrir y aprender continuamente.
- Es importante tu cambio de actitud ante esta nueva nutrición, tienes que sentirte libre de lo que has elegido hacer y tienes que ser responsable de ello. Así es como surgirán los resultados deseados y te sentirás de nuevo tú mismo. Aunque esto sólo es el principio de la Nutrición MacrobiotiVa, ya que si puedes seguir estas recomendaciones durante un tiempo podrás alcanzar otro ‘nivel’ donde haremos algunas modificaciones para conseguir una Salud mucho mejor.
Si quieres saber cómo trabajo y te animas al ‘Cambio’ lee ‘Consulta Personalizada’.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
nutricionencasa.com