Hace unas décadas fuimos ‘bombardeados’ con un nuevo alimento que nos lo vendían como sano, ligero e ideal para nuestros hijos y a la vez estupendo para las madres que querían mantener la línea. Nos convencieron de que había que dejar nuestras tostadas con mantequilla y sustituirla por la margarina. Pero el tiempo pone de nuevo todo en su sitio.
La margarina se hace con aceites de soja, palma, girasol, cacahuete, coco, maíz y colza. Estos aceites se extraen de las semillas mediante procesos químicos a base de disolventes, como el peligroso hexano, después se los refina eliminando las vitaminas E y A (por eso algunas margarinas llevan vitamina A sintética añadida). Pero lo que hace peligrosa a la margarina es que a estos aceites, que en principio son insaturados, se les introduce hidrógeno a altas temperaturas convirtiéndolos en grasas saturadas (ácidos trans) y creando solidez a temperatura ambiente. Por tanto la hidrogenación y los extremos de calor, convierten las grasa insaturada en saturada. Los aceites son sensibles al calor y a la oxidación, tanto más cuanto más insaturados sean. [Read more…]