A principios del s.XX el gallinero perdió protagonismo y se lo cedió a la granja avícola, donde ahora todo se hace a gran escala. Las gallinas ponedoras nacen en incubadoras, son alimentadas mayoritariamente en el laboratorio y pasan un año produciendo unos 250 huevos sobre mallas de alambre y excrementos y bajo luces eléctricas, sin ver nunca la luz del sol.
‘La gallina ya no es un ‘ser vivo’ sino un simple elemento de un proceso industrial cuyo producto es el huevo’.
No hace falta ser un experto para darse cuenta que las cosas han cambiado mucho y que los huevos que compramos ya no nos aportan todos los nutrientes como lo hacían los auténticos huevos, puestos por gallinas que vivían al aire libre y con una dieta a base de granos, hojas, insectos y lombrices. Unas gallinas alimentadas con pienso comercial de soja y pescado, confinadas en jaulas no nos van a dar unos huevos sanos y nutritivos sino más bien, alergias o la famosa Salmonella enteritidis, la culpable de un gran número de intoxicaciones, causando diarreas o infecciones crónicas más graves en diversos órganos del cuerpo, por consumir huevos crudos o poco cocinados. Lo ideal sería comprar huevos refrigerados y meterlos cuanto antes en el frigorífico, concinándolos suficiente para eliminarla (unos 60ºC durante cinco minutos, o 70ºC durante un minuto). [Read more…]