Cuando me quedé embarazada surgió en mi una especie de volcán que revolvió todo mi interior, mi emoción y al final estalló. Tuve valor para decir lo que no me gustaba, lo que quería, lo que no quería vivir y lo que sí. Dejé atrás muchas cosas del pasado que me estaban consumiendo y agotando física y emocionalmente. Una vez tomadas varias decisiones como una de ellas dejar familia, casa y demás, me sentí libre y suelta, sin ataduras. Después de tres meses de todos estos cambios y de dar vueltas y vueltas, tanto material como emocionalmente, mi volcán dejó de sacar lava y se calmó. Fue entonces cuando vi claro muchas más cosas, fue cuando mis relaciones familiares y parte de mi vida habían dado un giro de 360º. Así que, una vez más, me volví a sentir libre, suelta y ligera pero de forma distinta, con una sensación de paz interior que la anterior vez era más euforia. [Read more…]