Ume significa ciruela y boshi, seca. Por tanto, la umeboshi es una ciruela sin madurar fermentada durante casi dos años. Algunas marcas, para darles sabor y color las conservan con hojas de shiso, una hierba aromática de la menta, exclusiva de Japón. La fermentación con sal y hojas de shiso incrementa su contenido en ácido cítrico, que es utilizado por nuestro cuerpo para descomponer el ácido láctico -que genera fatiga o agujetas-, en dióxido de carbono y agua.
En la Macrobiótica, la Umeboshi se considera un alimento medicinal e imprescindible en la cocina. Su acidez neutraliza el exceso de carnes, sal, huevos (alimentos yan), mientras que su sabor salado neutraliza nuestros excesos de azúcar refinado, zumos (alimentos yin) etc. Por tanto, estimula el intestino, el hígado y la vesícula biliar alcalinizando nuestra sangre y aumentando nuestras defensas.
Tengo que advertir a aquellos que se aventuren a probarla por primera vez, que es muy salada y ácida. Así que al principio, es mejor lavarla con agua fría y tomar una puntita de la ciruela dejándola en la boca hasta que se deshaga. Los macrobióticos las toman de diversas formas: en ayunas si están enfermos o se han excedido en alimentos extremos (proteína animal, frutas, etc); antes de las comidas para estimular la digestión; mezcladas con el arroz o con la verdura o acompañando la proteína animal; para elaborar aliños con aceite de oliva y tamari (yo no lo recomiendo); o mezclándolo con kuzu en los procesos gripales y en los trastornos intestinales. [Read more…]